VIDA

Su nombre de familia era Teresa de Ahumada. Santa Teresa era hija de Alonso Sánchez de Cepeda, de la ciudad de Toledo, y Beatriz de Ahumada, de la ciudad de Olmedo. Se instalaron en Ávila, lugar donde nació Teresa el día 28 de marzo de 1515 en el seno de una familia numerosa: «éramos tres hermanas y nueve hermanos», recuerda ella en el Libro de la Vida. Su familia tenía una gran afición a las letras ya la cultura, por lo que Teresa aprende a leer y escribir a edad muy temprana.

En la vida de Teresa se suceden tres grandes etapas:

Hasta los 20 años de edad vive en casa de sus padres; Teresa niña, adolescente y joven, vivió sucesivamente la muerte de su madre, la marcha de varios de sus hermanos en las Indias, y el proceso de la lenta disolución del hogar.

A los 20 años opta por la vida religiosa, a pesar de la voluntad de su padre. En su biografía asegura que huyó de su casa una mañana para entrar en el Monasterio de carmelitas de la Encarnación. Allí vivió 27 años, en una comunidad religiosa muy numerosa formada por cerca de 180 monjas, soportando y superando el trauma de una enfermedad grave, lo que marcó su físico para toda la vida. Esta enfermedad la sumergió en la vida espiritual. Hacia los 40 años, Teresa se siente llamada a lo que se ha denominado como «experiencia mística» que no sólo cambia el rumbo de su vida, sino que la define y da un gran bagaje humano y cristiano a su persona.

A los 47 años, Teresa inicia una tercera etapa cuando sale del convento de la Encarnación para fundar el Carmelo de San José y poco después emprende su tarea de fundadora. Sus viajes son en tartana o lomos de una mula hasta Medina del Campo, Valladolid, Alba de Tormes, Salamanca, Beas de Segura, Sevilla, Soria y Burgos, para descansar finalmente en su lecho de muerte en Alba de Tormes el 4 de octubre de 1582.

Durante los últimos años se dilata su horizonte visual y espiritual, no sólo por el tortuoso mapa geográfico que ha recorrido como fundadora; sino por su renacida sensibilidad por los problemas de Europa y de las Indias occidentales, su vivo interés por los temas de la cristiandad y de la Iglesia, y su conocimiento de los estratos sociales de aquella España, conglomerado de gloria y de miserias . Son los años en que Teresa establece un sinfín de amistades y relaciones humanas en todos los niveles y estamentos de la sociedad.

Mujer de carácter abierto y comunicativo, de extrema sensibilidad y con una inmensa simpatía personal, poseía mucha energía lo que le permitió afrontar las mayores contrariedades. Fue apasionada, intrépida y voluntariosa. En definitiva, sus biógrafos la definen como una mujer de acción que supo mantenerse firme a pesar de las adversidades. Siempre se movió entre el idealismo y la práctica.

(Fuente: www.stj500.cat)